miércoles, 6 de enero de 2016

Pirámide Invertida de la Liquidez de Exter

La pirámide organiza diferentes clases de activos de arriba a abajo de acuerdo a su creciente liquidez. Parte de la teoría detrás de la tabla es que, en tiempos de crisis, siempre se da un impulso desde los activos menos líquidos hacia los activos más líquidos. La razón de esto no es difícil de ver. Cuando nos enfrentamos con la realidad de las pérdidas y los impagos, lo que deseamos es reducirlos al mínimo tanto como se pueda. La forma de hacerlo es vender la inversión perdedora a cambio de algo más estable y resistente -algo más universalmente demandado.
En el ciclo de auge y caída más reciente, la crisis inmobiliaria de 2008, hemos observado una venta de los activos menos líquidos (bienes raíces, que encontrarás en la parte superior de la pirámide) a favor de activos más líquidos (dólares, bonos y oro, hablando en términos generales). Tan pronto como un número creciente de participantes en el mercado se dio cuenta de que el auge de euforia había llegado a su término, comenzó una loca desbandada hacia los tipos de activos de mayor liquidez. El valor de los activos menos líquidos se hundió. El valor de los activos más líquidos se elevó. Por supuesto, las caídas siempre implican daños colaterales del mismo modo que muchos activos relacionados se quedan atrapados en la fase de auge.
Ahora estamos en el medio de otro ciclo, creado nuevamente por nuestras instituciones de volatilidad, es decir, los bancos centrales. Sin embargo, este ciclo es diferente. Se trata del terremoto al cual el temblor de 2008 solo precedía. No es de otra burbuja inmobiliaria (parte superior de la pirámide) que tenemos que preocuparnos, sino más bien de una burbuja de deuda pública (en el centro). La decisión de Draghi de hacer negativa la tasa de los depósitos de los bancos a 24 horas no ha servido para aumentar la cantidad total de deuda en el sistema. Te darás cuenta de que, en el gráfico, la deuda pública se encuentra justo por encima de los trozos de papel a los que denominamos dinero.
No es que vayamos de nuevo hacia a un precipicio fiscal, es que nos acercamos a un acantilado de dinero.
Una vez que la gente se de cuenta de que este boom de deuda pública no vale ni el papel en que está impreso, se desencadenará una huida similar hacia los activos de mayor liquidez de la parte inferior de la pirámide.

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