La masonería es una sociedad secreta muy difundida y poco conocida que pretende transformar el mundo favoreciendo las ideas del capitalismo. Los miembros de la masonería son deístas, es decir, consideran que Dios existe y que creó el mundo, pero que se desentendió del mismo y no interfiere en el discurrir de la historia. Los deístas niegan la inspiración de la biblia, la deidad de Cristo, los milagros y cualquier acto sobrenatural de redención o de salvación. El deísmo describe a Dios como insensible y ajeno, como un relojero que fabrica un reloj, que le da cuerda y lo suelta para que funcione por su propia inercia. Los masones están agrupados en logias, se profesan la fraternidad y ayuda mutua, practican un rito esotérico y se reconocen, entre ellos, mediante signos y emblemas gnósticos.
Su origen se remonta a las corporaciones gremiales de la Edad Media, pero la masonería moderna se originó en Gran Bretaña en el siglo XVIII, extendiéndose rápidamente por toda Europa y por América, donde jugó un papel muy importante en la independencia
política de dicho continente. De ideología liberal y laicista, la masonería pretende la construcción terrenal del templo de dios (Gran Arquitecto del Universo), siendo el ser humano la “piedra bruta” llena de impurezas, que debe ser tallada hasta permitir la reconstrucción del templo interior en la mente de cada persona y, contribuir así, al perfeccionamiento de la humanidad, para que toda ella se transforme en un templo dedicado a glorificar el materialismo capitalista (utilitarismo). En cuanto a su organización, la masonería está constituida por la denominada externa o de grados simbólicos (aprendices, oficiales y maestros) y la masonería “oculta” de acceso restringido, que consta de treinta grados más. En la actualidad, según los datos aportados por el periodista Ernesto Milá en la revista “Año Cero”, el 75% de los residentes estadounidenses y dieciséis vicepresidentes han sido masones o han estado vinculados a la masonería. Fueron masones, entre otros, los presidentes Washington, Jefferson, Polk, McKinley, Roosevelt, Truman, Johnson, Ford y Bush (padre) y el 80% de lo saltos mandos del ejército norteamericano son también masones, entre ellos, Powell y Schwarzkopf. La masonería actual en los Estados Unidos consta de más de quince mil logias con un total de cuatro millones de afiliados. Todo esto supone un peso social y político decisivo y una red de influencia que alcanza todos los ámbitos de la sociedad norteamericana. Numéricamente, la masonería de la gran potencia americana supone el doble del resto de la masonería mundial.
Los presidentes de los Estados Unidos pueden ser o no ser masones,pero jamás actuaron contra los intereses de la masonería. El nacionalsocialismo considera que la masonería es el principal instrumento que utilizan las élites financieras capitalistas para someter a las élites políticas, ya que opinan que es imposible llegar al poder en un sistema democrático liberal sin la colaboración o pertenencia a la masonería, por ello, el nacionalsocialismo es contrario a este poder en la sombra que actúa al margen del Estado y a favor de intereses económicos supranacionales, considerándolo socialmente peligroso.
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